martes, 6 de diciembre de 2011

Somos cigarros.

  Cuando con un mechero enciendes un cigarro, es como cuando naces; el calor del fuego es el calor que tus padres han utilizado para crearte.
  Poco a poco vas creciendo, igual que el cigarro se va consumiendo. Tu vida se consume con cada año que pasa.
  El humo del cigarro son como los recuerdos, muchos de ellos olvidados, algunos otros permanecientes en la memoria, como el olor que se queda en la habitación.
  Un cigarro se termina rápidamente como nuestras vidas, en cualquier momento se pueden apagar.




  Cuanto más deprisa queremos vivir más rápido se consume el cigarro que llevamos dentro.

jueves, 27 de octubre de 2011

XXIV

<<Dos rojas lenguas de fuego
que, a un mismo tronco enlazadas,
se aproximan, y al besarse
forman una sola llama;

dos notas que del laúd 
a un tiempo la mano arranca,
y en el espacio se encuentran 
y armoniosas se abrazan;

dos olas que vienen juntas 
a morir sobre una playa 
y que al romper se coronan 
con un penacho de plata;

dos jirones de vapor 
que del lago se levantan, 
y al juntarse allá en el cielo
forman una nube blanca;

dos ideas que al par brotan,
dos besos que a un tiempo estallan,
dos ecos que se confunden,
eso son nuestras dos almas. >>





Un mundo sin explorar.







-Los mundos que me rodean, son los que menos me extrañan; el que me tiene asombrado es el mundo de mi alma.